Las ocho situaciones básicamente positivas
Las ocho situaciones básicamente positivas que no hay que rehuir
Namo Ratna Guru
Me inclino ante el señor que otorga la suprema felicidad,
que aparta el sufrimiento y la enfermedad,
administrando la medicina de los tres kayas
a todos los seres que hay en los confines del espacio.
Cuando en el cielo del estado puro
de la naturaleza de la mente
se acumulan las densas nubes de las acciones negativas,
la gran fuerza del poderoso viento del prana de sabiduría,
no las aleja, sino que las despeja de esta manera:
El dolor de la enfermedad nunca ha tenido base o raíz,
relájate en ello, fresco y sin artificio,
ya que te manifiesta el modo de ser del dharmakaya,
más allá de la palabra y la expresión.
No rehuyas la enfermedad, es básicamente pura.
Lo que tu confusión toma por real
no es más que la acción de las fuerzas negativas.
Todo es tu propia mente, simple, no nacida, incesante.
Sin ansiedad ni preocupación alguna,
no lo rehuyas, demonios y dioses son básicamente puros.
Cuando la agonía punzante del sufrimiento
sacude tus cuatro elementos,
no te apegues a su cesación,
no te irrites con su aumento.
Estas adversidades tienen el sabor de la felicidad,
libre de la mancha de la frustración.
Estas kleshas (negatividades) no han de ser rehuidas,
son básicamente puras.
Todas las alegrías y tristezas que atravesamos,
todos nuestros altibajos,
cuando reconocemos que no tienen fundamento,
se convierten en nuestros amigos.
No intentes parar el dolor, no trates de ser feliz,
libérate de toda expectativa y temor.
El samsara no ha de ser rehuido, es básicamente puro.
Piensa que esta vida humana está llena de tormentos
por los que has de pasar.
No pienses que son negativos, no trates de esquivarlos
y entonces serán tu distintivo,
tu prueba de la conducta de un solo sabor.
No rehuyas tu sufrimiento, es básicamente puro.
La mente que se hunde en la somnolencia y el sopor,
cuando la reconoces tal cual es,
es naturalmente pura y libre de imperfección.
Libera el deseo de disiparlo,
No rehuyas la torpeza mental, es básicamente pura.
Los patrones habituales impresos en tu mente
a lo largo de tiempos sin principio,
son miríadas de puertas por las que entra la ilusión,
si no los tomas por reales,
no necesitas meditar en ellos como vacíos.
No rehuyas los pensamientos, son básicamente puros.
El estado de coemergencia no tiene nacimiento
ni conoce muerte,
no conoce nada que surja o cese o permanezca en algún lugar.
Es infinitud, es la vasta apertura del estado no condicionado.
No rehuyas la muerte, es básicamente pura.
Si estas ocho situaciones se presentan,
no las rehuyas, son naturalmente puras,
son necesarias para adiestrarnos en la meditación
de inversa y de un solo sabor.
Esta es la enseñana que viene del corazón del tío
y del sobrino.
Es el martillo que aniquila las hordas de Mara.
Esta es la práctica que hacemos los mendicantes
como tu y yo.
Es la que me da las condiciones favorables
para mantenerme en retiro en la montaña.
Es la felicidad suprema que realiza el beneficio doble.
Has sido hábil en adiestrarte en ello desde el principio.
Yegyel, viejo amigo, lo mejor que puedes hacer es ponerlo en práctica.